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Jaime Samms

¿Quién dice que los tréboles no dan suerte?


¿Qué sucede cuando te involucras emocionalmente con la persona equivocada y saltan las chispas de pasión de un preludio amoroso entre Ian y David…?Las botellas sonaban suavemente mientras las acomodaba por cuadragésima vez. No lograba acomodarlas en su lugar. No sé por qué. Normalmente no tenía este problema, pero hoy, parecía que no podía ver algo derecho, todo parecía inclinado. Tienes que mover el más alto del final.
La voz me envolvió, poniéndome la piel de gallina por todos mis brazos y haciendo que otras partes de mi cuerpo temblaran. Los pequeños cabellos en la parte de atrás de mi cuello cosquillearon, y me volví. ¿Lo has puesto correctamente ahora? 
El hombre que había hablado me sonrió, y yo sólo logré ahogar un gemido. Me incliné para que mi pobre culo se apoyara en el borde del tambaleante mostrador, uno que yo había estado tratando de que se viera como un Pub irlandés de los años cincuenta. La posición me permitía disimular el bulto que crecía en mis pantalones.