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Claire Calman

Amor son sólo cuatro letras


Cuando el peso de una pérdida dolorosa se vuelve difícil de soportar, nada mejor que poner tierra de por medio en busca de aire fresco. A esta sabia y sensata conclusión ha llegado Bella a sus treinta y tres años.
De la noche a la mañana, abandona un piso plagado de recuerdos y un estresante empleo en Londres para mudarse a Kent, muy lejos del bullicio de la ciudad y muy cerca de donde reside Viv, su amiga de toda la vida.
Pero sobre todo, Bella no quiere ni oír hablar de hombres, menos enamorarse; a partir de ahora dedicará libre a la pintura, al jardín y a su amiga. Sin embargo, la tozuda realidad puede hasta con los propósitos más firmes, especialmente si adopta la forma de Will, el candidato perfecto. Ante semejante ejemplar, cualquier mujer caería rendida, así que Bella deberá luchar contra la tentación de volver a las andadas.