1. Asesinato por código
Skye Sanders, tecno-maga y propietaria de Digital Sentinel Security, entiende mucho mejor las máquinas que a las personas.
¿Códigos sociales? Un misterio. ¿Conversaciones banales? Una tortura. Por suerte, siempre le quedan los videojuegos… y Bob, su asistente mágico: una urraca parlanchina con un sentido del humor afilado.
Pero cuando su última misión de seguridad para un cliente prestigioso sale mal y alguien muere, Skye deberá resolver el caso antes de que su incipiente reputación salte por los aires. S
u cliente, un vampiro enigmático con una mirada tan intensa que la pone nerviosa exige respuestas. Alguien ha manipulado su tecnología, y no es solo un insulto: es una declaración de guerra.
Armada con su pasión por los rompecabezas, una memoria fotográfica y quizás un poco de suerte, Skye está a punto de descubrir si puede resolver un caso al más puro estilo Sherlock Holmes… o si se ha metido en un buen lío.
Al fin y al cabo, las líneas de código son predecibles. ¿Las personas? No tanto.
2. Error fatal
A veces, las normas pueden irse al cuerno.
Skye Sanders, tecno-maga, sigue las reglas al pie de la letra y aún más la verdad. Al menos, hasta que su amigo Fred es acusado de asesinato. Skye está un 98,5% segura de que Fred no ha hecho nada, aunque su pelea pública con la víctima claramente no le ayuda. Y como el único otro sospechoso tiene una coartada de acero, la policía parece encantada de cargarle el muerto a Fred.
Ahí es cuando entra en escena Seb, un vampiro de ojos castaños hipnóticos… y con más secretos que respuestas. Skye no sabe si puede confiar en él, pero entre las chispas que saltan y el tiempo que se agota, quizá tenga que arriesgarse a dejarle acercarse, aunque eso signifique adentrarse en los entresijos políticos de los vampiros.
¿Logrará Skye descubrir la verdad antes de convertirse ella misma en el objetivo?»