La caza del turista
El Turista es el asesino en serie perfecto. Para empezar, no firma sus crímenes y tampoco lanza desafíos a los investigadores, pues dejarse atrapar no entra en sus planes. Es un mago del camuflaje, para matar no sigue un esquema fijo y nunca actúa dos veces en la misma ciudad o en el mismo país: de ahí su apodo. Su fijación, asesinar mujeres solitarias y elegantes para poder examinar los contenidos de sus bolsos y, a través de los pequeños objetos de uso cotidiano que contienen, apropiarse también de sus vidas. No siente empatía, remordimientos ni miedo, y ejerce un control absoluto sobre su propia psicopatía. En otras palabras, es incapturable, la pesadilla de todas las policías europeas. Pero, tarde o temprano, hasta el asesino más frío da un paso en falso y El Turista acaba matando a la mujer equivocada. Todo ocurre en Venecia, la bella y frágil ciudad territorio de caza ideal para cualquier asesino, y la jaula no será la cárcel, sino una trampa mucho más peligrosa...
Pietro Sambo ha cometido un error, uno solo, pero le ha costado muy caro. Ex-jefe de la Brigada de Homicidios, vive marginado y con el corazón roto, hasta que se le presenta la ocasión de reconquistar la dignidad y el honor perdidos. Pero, para detener a El Turista, de nuevo tendrá que saltarse todas las reglas, y ahora hay mucho más en juego que su reputación.