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Robar el corazón


El responsable y disciplinado William Fox canalizó su amor por el arte y su fe en las reglas en convertirse en un agente del Crimen de Arte del FBI. Correcto e incorrecto, justicia e injusticia: las diferencias son claras, y Will ha dedicado su carrera a trazar una línea entre ellas. Quizás sus convicciones le hayan costado sus relaciones, pero él no está dispuesto a comprometer lo que sabe que es lo correcto. Hasta la noche se encuentra con Amory Vaughn.
Como jefe de la fundación filantrópica de su familia, Vaughn sabe muy bien que ser rico y poderoso puede proporcionarle casi todo lo que quiera. Y cuando conoce a William Fox, que es encantadoramente gruñón y un poco torpe, lo desea más cualquier cosa que haya querido. Vaughn está acostumbrado a ser deseado por su nombre y su dinero, pero a Will le importa bien poco.
Cuando Vaughn recurre a viejos hábitos e intenta impresionar a Will robando una pintura que éste admira, su vínculo naciente estalla en su rostro. Pero Vaughn no está dispuesto a renunciar al vislumbre de pasión que vio la noche en que tomó a Will. Antes de que Will lo sepa, se está enamorando del hombre que debería haber arrestado, y Vaughn tiene que darse cuenta de que algunas cosas no se pueden comprar o robar. El amor tiene que ser dado libremente. Pero, ¿puede un hombre que respeta las reglas y un hombre que cree que las reglas no se aplican a él, estar frente a frente?
Robar el Corazón es un romance independiente con un final feliz. Cuenta con un caballero del sur que cree que siempre tiene la razón, un agente del FBI abotonado a quien en secreto le gustan los botones desabrochados y el s.e.x.o contra la pared. Y el s.e.x.o de escritorio. Y el s.e.x.o sobre una manta de picnic.