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Liz Fielding (El helado)

1. Un amor persuasivo


Quizá fuera una complicación… pero también podía ser lo mejor que le había pasado en la vida
Elle era una auténtica luchadora. La fama de su difunta madre de sentir debilidad por los chicos malos no era precisamente algo que quisiera heredar. Por eso cuando apareció en su casa el guapísimo Sean y le dijo que aquella camioneta llamada Rosie era suya, Elle intentó no dejarse llevar por aquella inmediata atracción.
La última mujer por la que Sean debería haberse sentido atraído era alguien tan dedicado a su familia como Elle. Pero quizá aquel viaje lleno de sorpresas les descubriera que estaban hechos el uno para el otro.

2. Dulce atracción


Sorrel Amery estaba decidida a conseguir que la fiesta que iba a organizar fuera todo un éxito y sabía cómo llegar al corazón de la gente: ¡con sorbetes de champán! Era la estrategia perfecta, hasta que la dueña de la heladería se declaró en quiebra y desapareció, haciendo que sus planes se derritieran como un helado bajo el sol. Ella solo quería recuperar cuanto antes su estabilidad laboral y emocional, pero con el atractivo Alexander West cerca iba a resultarle muy difícil. Sobre todo, porque ese aventurero trotamundos estaba decidido a hacer que su vida nunca volviera a ser tan aburrida como la simple vainilla. 

3. Mi nuevo estilo 


Angelica Amery estaba dispuesta a comenzar una nueva vida en Milán, pero al llegar descubrió que había sido víctima de una estafa y se encontró sin casa, sin dinero y sin apenas hablar italiano. Entró en un café buscando refugio y allí conoció al enigmático y enloquecedoramente atractivo Dante Vettori, quien acudió enseguida en su rescate.
¿Qué otra cosa podía hacer Dante? Se sentía responsable de Geli, incluso antes de conocerla a fondo y de ceder a la atracción que ardía entre ellos. Pero aquella extravagante chica inglesa iba a poner patas arriba su ya complicada vida, haciéndole ver que era él quien necesitaba ser rescatado.