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Amber Lake

El amante sin rostro 


A Regina, encargada del consultorio psicológico-sentimental en una revista del corazón, sus aspiraciones literarias se le quedaban cortas con las escasas mil palabras semanales, por lo que decide dar rienda suelta a su imaginación escribiendo un libro.
La carta de una lectora le sugiere el argumento para la novela: tratará sobre las relaciones sadomasoquistas; tema que, estaba de rabiosa actualidad.
Con el fin de inspirarse y de dotarlo de la mayor veracidad posible, se adentra en ese mundillo donde espera conseguir información y experiencias de primera mano. Pero se impone unos límites: conservar el anonimato y no pasar de los chats temáticos o las relaciones a distancia al «vivo y en directo».
Claro que aún no había conocido al encantador y misterioso Roy, con el que decide saltarse su norma de «nada de sesiones reales»