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Carla Neggers (Agentes especiales)

1. Única salida


Carine Winters aceptó el trabajo de fotografiar el histórico hogar de Sterling Rancourt aun a sabiendas de que corría el riesgo de encontrarse con Tyler North, el hombre que había salvado la vida a Rancourt... y la había dejado a ella plantada en el altar hacía un año.
Entonces Carine encontró un cadáver en la casa.. y resultó que el Principal sospechoso era el mejor amigo de Tyler. Tyler, acababa de regresar de una peligrosa misión de rescate cuando se enteró de la noticia; inmediatamente fue a ver a su amigo Manny creyendo que le pediría ayuda Pero lo que le pidió fue que protegiera a Carine y se la llevara a Cold Ridge para impedir que se viera tentada a participar en la investigación. Carine se había visto implicada en un peligroso juego. El asesino los había seguido hasta Cold Ridge con la intención de poner en marcha su sangrienta misión.

2. Secretos inconfesables


Cuando la arqueóloga Sarah Dunnemore recibió la noticia de que Rob, su hermano mellizo, había resultado seriamente herido por un francotirador en Central Park, Sarah tuvo que regresar a Nueva York. Allí conoció al sensato Nate Winter, que también había resultado herido en el ataque.
Nate era un escrupuloso agente especial, pero estaba dispuesto a romper todas las reglas con tal de encontrar al tipo que había estado a punto de matarlos, ya que estaba convencido de que la investigación oficial iba en la dirección equivocada. Sobre todo cuando se enteró de que Sarah era como una hija para el presidente de los Estados Unidos. Entonces empezó a sospechar que ella había ocultado información crucial, y decidió seguirla a Night’s Landing. No iba a permitir que la atracción que había entre ellos se interpusiera en su camino.

3. Trampa para dos


Después de intervenir en la detención del peligroso fugitivo Nicholas Janssen, la agente de seguridad Maggie Spencer no tenía ni un minuto de descanso. Mientras el detenido siguiera intentando evitar la extradición desde la cárcel holandesa en la que se encontraba, Maggie no pensaba echarse atrás… por mucho que el alguacil Rob Dunnemore se empeñara en ponerla entre la espada y la pared con sus preguntas. Maggie no tenía ningún motivo para confiar en Rob, sobre todo después de enterarse de que tenía un interés personal en el caso: había estado a punto de morir gracias a Janssen.
Pero cuando Maggie y Rob encontraron el cuerpo de un diplomático y se dieron cuenta de que había una nueva víctima, ella no pudo hacer otra cosa más que confiar en él, porque ambos habían caído en una trampa…

4. Cielo oscuro


La marshal Juliet Longstreet se había ganado un buen número de enemigos a lo largo de su carrera. Ahora uno de ellos había salido de la cárcel y amenazaba con matarla. Su misión: encontrarlo antes de que él la encontrara a ella. El oficial de las Fuerzas Especiales Ethan Brooker también andaba tras la pista del criminal, pero Juliet sabía que debía evitarle, pues aún seguía obsesionado con la muerte de su mujer.
Sin embargo, tras encontrar muerto al portero de su edificio y su apartamento destrozado, Juliet acudió finalmente a Ethan y ambos decidieron trabajar en equipo. Así, mientras luchaban contra la atracción que sentían el uno por el otro, intentarían detener a un cruel asesino que los llevaría hasta Vermont, donde iban a adentrarse en una peligrosa red de mentiras, ambición... y asesinatos.

6. Abandonada


La marshal Mackenzie Stewart estaba pasando un tranquilo fin de semana en New Hampshire, en la casa de su amiga la jueza federal Bernadette Peacham, cuando fue atacada. Ella pudo repeler el ataque, pero el agresor consiguió escapar. Todo sugería que se trataba de un loco violento… hasta que llegó el agente del FBI Andrew Rook.
Mackenzie había roto con él su norma de no salir con agentes del orden, pero sabía que él no se había desplazado desde Washington para verla, sino porque trabajaba en su caso. A medida que continuaba la caza del misterioso atacante, el caso dio un giro inesperado cuando Mackenzie siguió a Rook a Washington y descubrió que un antiguo juez amigo de Bernadette, ahora caído en desgracia y convertido en informador de Rook, había desaparecido.
Mackenzie y Rook comprenderían entonces que había más en juego de lo que pensaban y que se enfrentaban a una mente criminal que no tenía nada que perder y estaba dispuesta a jugárselo todo.