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Evangeline Anderson

Confesiones de una modelo en lencería


Entré en la pequeña habitación que el hombre con gafas me había señalado sin pensarlo dos veces. Si yo fuera como Honey, ella puede defenderse sola. Probablemente, también estaría semidesnuda y posando con un atuendo diminuto y amando cada minuto. No me malinterpreten, ella es mi mejor amiga. Pero también es una especie de puta. Esto no me iba a pasar a mí. Soy una chica agradable, aunque sea modelo. Yo no creo que haya nada malo en mostrar tus cualidades naturales, como las llama Honey siempre y cuando tú sepas delinear bien los limites. Esto no iba a pasarme a mí. Así que tan pronto como entré en el pequeño estudio para las modelos de ropa interior, sabía exactamente qué iba a decirles. Voy a hacer fotos eróticas, siempre y cuando sean de buen gusto. Nada de enseñar la entrepierna y los pezones, se entiende la idea.