La amante del brasileño
Él era rico, guapo y orgulloso; ella era amable y dulce... pero escondía una increíble fuerza.
Víctor Silva deseaba a toda costa llevarse a la cama a Araminta Dampierre y siempre conseguía lo que quería. Aunque no sería nada más que sexo, porque jamás permitiría sentirse unido a una mujer. Haría salir la pasión de Araminta, disfrutaría... y después continuaría su camino.
Pero nunca había conocido a nadie como ella y pronto empezó a darse cuenta de que quizá aquélla fuera la mujer de su vida.