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Susan Meier (Padres solteros)

1. La familia de sus sueños


Max Riley era un padre soltero sorprendentemente tierno, lo que desconcertaba a la bella y tímida Caro Evans, teniendo en cuenta los rumores sobre su brusca marcha catorce años atrás. Pero Max había vuelto a Wilburn y necesitaba que Caro lo enseñase a cuidar de su hija... y a amar de nuevo. A pesar de su turbulento pasado, Max había vuelto al pueblo por el bien de la niña. Había cargado injustamente con la culpa, y sólo la dulce y confiada Caro veía su bondad. Pero se negaba a que Caro compartiera su desgracia, incluso cuando ella le ofreció la familia de sus sueños...

2. Un millonario en apuros


El multimillonario viudo Troy Cramer había regresado a su pueblo natal tras jurar que no volvería a casarse. Sin embargo, sus dos hijas gemelas necesitaban desesperadamente una figura materna, y el antiguo amor de Troy en el instituto, Sadie Evans, encajaba a la perfección en ese papel. Pero convencer a Sadie de que aceptara su atrevida proposición le costaría algo que no estaba en venta: su destrozado corazón. Troy Cramer era un hombre arrebatadoramente atractivo...
¡y un cretino millonario ¡el introvertido Troy al que Sadie había conocido una vez se había convertido en un magnate que pensaba que todo se podía comprar, incluido ella. Sadie sabía que bajo su fría fachada se escondía un corazón de oro, pero ¿podría conseguir que Troy volviese a creer en el amor?
El amor exigía un alto precio

3. Mimos y caricias


Aquella mujer era justo lo que él necesitaba 
Jake Malloy sabía que era una locura contratar a la encantadora Hannah Evans como niñera para su hijo. Él no era el tipo de hombre acostumbrado a que una mujer bella durmiera en su casa… a no ser que fuera en su cama. Pero lo que menos esperaba era que Hannah lo sedujera con su inocencia. 
Hannah necesitaba que Jake la ayudara a convertirse en una mujer sofisticada, como ésas con las que él solía salir. Pero a medida que fueron intercambiando besos y caricias por lecciones, Hannah descubrió que en realidad era él el que la necesitaba a ella. Tendría que demostrarle que la mujer de su vida ya estaba bajo su propio techo.