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Marguerite Kaye (Príncipes del desierto)

1. La institutriz y el jeque


Una rosa inglesa puede florecer en el desiertoEl jeque y príncipe Jamil al-Nazarri gobernaba su reino sin esfuerzo… ¡aunque no tanto a su hija pequeña! Exasperado, contrató a una institutriz inglesa con la esperanza de que le inculcara algo de disciplina a la niña…Lady Cassandra Armstrong era la institutriz menos convencional que Jamil había visto jamás.
 Con un cuerpo sensual y una pasión impulsiva, Cassie resultaba tan atractiva como prohibida. Famoso por su honor inquebrantable, el jeque iba a poner a prueba su determinación, pues sus sentimientos hacia Cassie eran cualquier cosa menos honorables…

2. El hechizo del desierto


Una rosa inglesa puede florecer en el desierto Lady Celia Cleveden se consideraba una joven muy sensata, desde la punta de los zapatos hasta lo alto del sombrero. Lo lógico era casarse con un caballero igualmente práctico. Y así lo hizo. 
Cuando tuvo que ser rescatada por el enigmático príncipe del desierto, Ramiz de A’Qadiz, mientras viajaba por sus tierras, él le ofreció un lugar en su harén y lady Celia debería haberse sentido escandalizada, pero el desierto seductor y el embriagador Ramiz hicieron que su rígida mentalidad cambiara inevitablemente…

3. Retrato de amor


En la intimidad del estudio se iba a desatar la pasión...
Lady Cressida Armstrong siempre había sido la más inteligente y menos agraciada de la familia y sabía que su padre se había resignado a no poder casarla con nadie. Pero ¿quién necesitaba un marido cuando lo único que conseguía acelerarle el pulso era la ciencia y las matemáticas?A pesar de lo decepcionado que estaba del arte, el pintor Giovanni di Matteo estaba volviendo loca a la alta sociedad londinense con sus magníficos retratos. En otro tiempo su trabajo había sido todo inspiración, ahora no era más que técnica. Hasta que conoció a Cressie... Era una mujer desafiante, inteligente y sin embargo insegura, con un cuerpo y un rostro que él ansiaba plasmar sobre el lienzo…