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Tanya Huff (Crónicas de la guardiana)

1. La guardiana


Austin era un viejo gato blanco y negro. Pero no cualquier gato, porque era el gato de una guardiana, un felino muy franco y con unas opiniones sumamente firmes que siempre está dispuesto a pronunciar. Después de todo, ¿quién mejor que Austin sabe lo que es mejor para el bienestar de Claire… para el resto del universo? Aunque esto último no sea tan importante, claro está.
Claire Hansen era una guardiana, miembro de ese selecto grupo que se dedica a evitar que el universo se despedace. Y ahora ha sido llamada a los Campos Elíseos, a una pensión que parece atraer a una variopinta clientela. Y a Claire no le hace la menor gracia esta última misión.
No cuando ha sido engañada para llevarla hasta allí por un pequeño hombrecillo que ha abandonado su puesto antes de que ella haya descubierto siquiera quién era en realidad… No cuando en la habitación seis hay una residente que lleva tantos años durmiendo allí que necesita que le quiten el polvo… salvo que es demasiado peligroso acercarse tanto a ella. No cuando el sótano supone una tentación demasiado grande para la salud mental de cualquiera… No cuando se encuentra rodeada de «ayudantes» tan entretenidos como Dean, el buenorro, aunque inocente, manitas, y Jacques, un fantasma con verdaderas ansias de vivir… Y mucho menos, cuando parece que ésta podría no sólo ser su misión más dura, sino también una misión que podría tener que llevar a cabo para siempre…

2. La segunda llamada


A Claire Hansen le ha tocado, por suerte o por desgracia, un importante trabajo: ser uno de los Guardianes de la Tierra.
Para realizar sus misiones, es «llamada» a lugares en que se detectan determinadas anomalías: se han abierto fisuras… o alguien las ha abierto.
Tales portales son los puntos más peligrosos del mundo; por ellos, si no son sellados a tiempo, podrían irrumpir en la Tierra los siervos del Infierno. Tras su última misión, cerrar un portal al infierno en la Pensión Campos Elíseos de París, a Claire y su gato parlanchín, Austin, se les ha añadido un nuevo compañero: Dean. A pesar de que Dean es un mero testigo y no debería estarle permitido ni tan siquiera recordar que los Guardianes existen, la terrible experiencia que vivieron en los Campos Elíseos le ha hecho convertirse en parte indispensable de la vida de Claire.
Ella sabe que debería borrarse de su mente y obligarlo a dejarla. Cualquier otro tipo de relación está condenada a llevarlos al desastre. Pero ya es demasiado tarde; sin Dean a su lado Claire podría convertirse fácilmente en un peligro para ella misma y para los demás. Pero mientras Claire conserva a Dean cerca (con alguna pequeña intromisión de su hermana Diana), el mundo va directo al caos. Y Claire está a punto de enfrentarse a un reto que supera a sus fantasías más descabelladas: una catástrofe creada por el poder del amor. En el mundo de los mortales han aparecido un ángel y un demonio en forma de adolescentes en plena efervescencia, que no tienen ni idea de cómo arreglárselas con sus cuerpos demasiado humanos, sus hormonas desenfrenadas y sus antagónicas necesidades de hacer el bien y el mal…
Claire no puede tener un momento de distracción: ¿quién protegería entonces al mundo de los peligros combinados que vienen de Cielo e Infierno?