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L.R. Wrigth

Duerme mientras canto


Margarita y Emilio, dos viudos de sesenta años, deciden casarse, más por miedo a la soledat y la vejez que otra cosa. Pasados unos años de matrimonio, Emilio todavía añora su primera esposa y esto hace que las pequeñas desavenencias y discusiones matrimoniales vayan cogiendo un tono más amargo, y utilizará al gato como pretexto por dar salida a la violencia reprimida.