El caso del radiador escondido
El comisario auxiliar Mercer no solía asistir a juicios, no formaba parte de su deber hacerlo. Y el hecho de que aquella brumosa mañana de diciembre estuviese sentado en la sala de un tribunal de un suburbio de Londres en vez de hallarse en su oficina de New Scontland Yard, se debía exclusivamente a circunstancias excepcionales
Sobre dicha excepcionalidad no había la menor duda. Se daba el caso de que parecía que un asesino iba a escaparse de las consecuencias de su crimen, y que Scontland Yard no podía hacer nada al respecto.