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Karen Robards

Señuelo


Lo que lleva a la abogada Maddie Fitzgerald a Nueva Orleans es un viaje de negocios, pero el que un hombre irrumpa en la habitación del hotel y trate de matarla no se parece en nada a un viaje de negocios. Escapando por los pelos, esta morena sexy y con estilo de treinta y dos años acude a la policía y se encuentra cara a cara con el agente del FBI Sam McCabe.
Desconcertada por sus preguntas, y su espectacular físico, Maddie relata que ha sido objeto de un asesino a sueldo, uno que lleva años eludiendo a McCabe. Al parecer, ha sido confundida por otra mujer, una informante del FBI con el mismo nombre que ella y que también es hospedaba en el mismo hotel aquella noche. McCabe la somete a un duro interrogatorio y después desaparece. Consternada, termina sus negocios y regresa a St. Louis.
Pero días después, Maddie es atacada por segunda vez, y McCabe regresa para volverla a interrogar. El la convence de que el único modo de que vuelva a estar a salvo de nuevo es que el asesino sea atrapado, y la manera más rápida es utilizarla a ella como cebo. Maddie consiente con cierta reticencia, y mientras tanto la situación entre ellos está que echa chispas. Pero su inesperado romance hace que McCabe pierda la concentración y Maddie acaba en manos del asesino.