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Boris Vian

Escupiré sobre vuestra tumba 


La crítica rechazó la obra por violenta , pornográfica y descarada.
Dos años más tarde , fue prohibida por ultraje a la moral y las buenas costumbres y tanto el autor como el editor fueron procesados .
El argumento , motivo de escándalo , gira alrededor de la historia de Lee Anderson , de raza negra pero con aparinecia de blanco , y la terrible vanganza que planea cuando racistas blancos matan a su hermano.

Boris Vian

Vercoquin y el plancton


Alocada y fresca, turgente y frutal, Vercoquin y el plancton, primera novela de Boris Vian, inédita en España hasta ahora, comienza con una surprise-party y termina con otra. En un París exuberante en que siempre es verano, una serie de personajes se refugia en desmesuradas fiestas nocturnas en las que suena el jazz, se bebe sin tregua y la gente ensaya todas las formas posibles de besarse. El Mayor (personaje recurrente en la narrativa de Vian) se enamora de la bella Zizanie, y sueña con seducirla y que ambos se prometan en matrimonio. Así, auxiliado por el excéntrico Antioche Tambretambre, su brazo derecho, elaborará una estrategia de lo más rocambolesca para obtener el permiso del tío y tutor de Zizanie, a la vez que se ridiculizarán los usos, maneras y costumbres de la CNU (Consorcio Nacional de la Unificación), una parodia de la AFNOR (Association Française de Normalisation), donde Vian trabajaba por entonces.

Boris Vian

La herida roja


El ingeniero Wolf y su ayudante, el mecánico Lazuli, construyen una máquina del tiempo gracias a la que Wolf pretende, mediante el retorno a su infancia, conjurar todos los errores y todas las obsesiones que le habían acosado entonces. Sólo exorcizando aquellas sombras estará, cree él, en condiciones de recuperar la facultad de gozar de los fugaces instantes de felicidad que le brinda la vida. Pero todos sabemos que los inquisidores no aceptan semejantes audacias y quién sabe si Wolf conseguirá sobreponerse a ellos?Esta es tal vez la novela más intimista y menos burlesca de Vian, y muchas de las situaciones remiten sin duda a su vida personal. No obstante, a la ternura que inspira esta historia, a la vez dolorosa y patética, Vian no puede dejar de añadir, como siempre en toda su obra, la desbordante fantasía y la lúcida insolencia que otorga a personajes e historias esa mágica y contagiosa vitalidad que atrapa de principio a fin a sus lectores de ayer y de hoy, más que incondicionales adictos.

Boris Vian

El otoño en Pekín


Esta mañana Amadís Dudu ha perdido el autobús. Tal inconveniente, lejos de resolverse normalmente, supone para Dudu el comienzo de una serie de extraordinarias aventuras que no tardarán en conducirle al gran desierto de Exopotamia. Allí, precisamente porque se trata de un desierto, Dudu entabla conocimiento con una multitud de personajes pintorescos, al tiempo que se ve involucrado en el extravagante proyecto de construcción de una línea ferroviaria. Naturalmente, ni Pekín ni el otoño tienen nada que ver con todo esto. De hecho, aquí casi nada tiene que ver con nada, y no se hace necesario que nadie saque conclusiones. No obstante, si el lector se empeña en ello, no será difícil que, a través de la delirante y cómica peripecia de Dudu, llegue a ese centro secreto en torno al cual gira la obra entera de Boris Vian y en el cual, entrelazados, se esconden el amor y la muerte.

Boris Vian

 El hombre lobo


En estos cuentos, escritos entre 1945 y 1952, la desbordante imaginación del ya mítico escritor Boris Vian parece no imponerse límites : desde el lobo-hombre que, «se estrena» en un hotelucho de Montmartre hasta la bailarina del Bronx, que sólo se excita atropellando a perros y personas con un taxi, todo es posible. También circulan por estos relatos pícaros, chorizos y chiflados de toda índole, fauna pintoresca de gente rara que a Vian le sirve para crear esas situaciones grotescas, absurdas e hilarantes que le son tan familiares y que nos invitan a compartir el frenético mundo de la inmediata posguerra en el que él agotó su corta vida.

Boris Vian

El arrrancarazones


Los inolvidables personajes de Joël y Citroën fueron creados por Boris Vian a la medida del estremecedor delirio al que él cree que suelen conducir por un lado la dominación materna y, por el otro, el inevitable conflicto entre la vida autónoma, secreta de la infancia y la tiranía de la familia y la presión social. También se sirve del siniestro Jacquemort, un psicoanalista en busca de pacientes, para satirizar tanto el enloquecido mundo de los llamados cuerdos como el psicoanálisis y el comportamiento existencialista, tan en boga en aquellos años. Es precisamente en el ciclo de novelas escritas entre 1947 y 1953, al que pertenece El arrancacorazones, en el que Vian parece haberse asentado en un universo que le es finalmente propio, en un mundo de fábula poética cargada de fantasía, pero también de tensión y violencia, en la que la experiencia de los niños desafía los valores de los adultos.

Boris Vian

Con las mujeres


Creador de un universo irreal y paradójico reflejado emblemáticamente en «La espuma de los días» conoció la celebridad gracias a una serie de novelas negras concebidas a imitación de la novela policiaca americana que firmó con el seudónimo de Vernon Sullivan. Perteneciente a esa serie y publicada en 1950, Con esta novela teje en torno al núcleo argumental , la persecución de una banda de traficantes de droga por parte de dos hermanos convertidos en improvisados detectives , un número de peripecias en que la crueldad y la violencia se funden con el humor en simbiosis perfecta.