1. Vive y deja al Orco
A veces, buscas el amor. Y otras veces, te bloquea el camino.
Cargando una mochila llena de armas robadas, un orco de dos metros se interpone frente a mí. Tiene colmillos de siete pulgadas apretándose contra un labio superior curvado, abdominales marcados, puños del tamaño de melones y su mirada ardiente me devora .
Salgo de allí con vida, a duras penas.
Al día siguiente, el mismo orco que me reventó las bragas y me hizo preguntarme cómo se sentiría un beso con colmillos aparece en mi puesto del festival, haciendo que mis clientes huyan.
Estoy lista para acribillarlo a golpes, pero, antes de decir nada, estoy sobre su hombro, preguntándome menos por esos colmillos y más por lo que hay bajo esa falda escocesa de cuero que lleva.
Pronto, me enamoraré perdidamente de este monstruo primigenio. Pero, ¿nos separarán los puentes en llamas entre nuestros dos mundos o forjaremos nuestro propio camino hacia nuestro felices para siempre?
Nota del autor: Tras ser esclavizados en un planeta alienígena, estos orcos han vuelto, ¡y están listos! Seguro, sin engaños, compañeros predestinados y todos los impulsos de un papi monstruo que no sabías que necesitabas.
2. El orco de al lado
Justo cuando pensé que mi vida en el infierno del hogar de acogida no podía ser más complicada, aparecieron las naves orcas.
Desde entonces, ha sido odio orco, huida humana y una nueva normalidad que ninguno de nosotros podría haber imaginado.
Entonces, el cascarón de la casa de al lado está habitado de repente. Hay golpes toda la noche mientras mi nuevo vecino convierte una casa de rancho de mediados de siglo, una vez destartalada, en la calle Maple en una masa caótica de troncos y barro decorada con calaveras y pieles de animales.
Estoy agazapada, lista para defender mi territorio contra el orco de al lado, así como la oscuridad de mi pasado, cuando lo veo por primera vez. Tiene los dientes, la lengua, la piel correosa, los ruidos... pero pronto tiene algo más. Mi curiosidad.
Pero eso no es suficiente para él. Cuando posa esos brillantes ojos rojos en mí y capta mi olor, se enciende como Donkey Kong. Parece que estos orcos la tienen difícil para sus compañeros predestinados y, al parecer, yo soy la suya.
Santo cielo.
Nota del autor: Esta heroína testaruda está segura de que su nuevo vecino es su enemigo jurado. Hasta que lo ve caminar desnudo a medianoche con sus binoculares. Las ventanas se empañan rápidamente en esta emocionante aventura de amigos predestinados. Tendrás seguridad, nada de trampas, momentos de diversión con leche, haciendo bebés y todo el feliz para siempre que esperas de Dani.
3. Orco todo en un día
Ser secuestrado por orcos no era como se suponía que debía comenzar el día.
Era una mañana normal para Ivy Molina. Discutía con su hermano durante el desayuno sobre cómo salvar el negocio familiar tras el último ataque. De repente, todo se fue al garete.
Ahora, estaba sentada en el fondo de un pozo mirando al orco más grande que jamás había visto. Era su captor, su guardián, y debería odiarlo por completo.
Pero no lo odiaba. Fingía odiarlo. Hasta que no pudo. El furioso y corpulento orco había sido encargado de vigilarla hasta que se decidiera su destino. Pero aquí estaba ocurriendo mucho más. Su fiebre de apareamiento se encendió cuando la cautiva que debía proteger era la humana a la que había estado acechando durante meses. Estaban en bandos opuestos en una guerra. ¿Podrá este orco, lleno de ira, abrir su corazón hacia su única y verdadera compañera? ¿O el deber y la lealtad le costarían una vida que jamás pensó que podría tener? Nota del autor: Estos supuestos enemigos acababan unidos en más de un sentido. Los polos opuestos se atraen y de cero a cinco pimientos picantes en un instante. ¡Es seguro, sin engaños, con parejas predestinadas y con toda la posesividad y protección que esperas de los orcos!
4. Érase una vez un orco
No sentí nada. No recordaba nada. Entonces, ella me tocó...
La vida de Gathred como máquina de matar le sentaba bien. Despertando tras una explosión sin memoria, sin pasado ni futuro, obedece las órdenes de su clan. Pero cuando el líder del clan alza su espada contra la salvaje y rubia hija de su rival humano, su lealtad cambia de manos. El roce de la pequeña humana le hace recordar cosas que sería mejor dejar atrás.
Aleena añora los tiempos sencillos antes del regreso de los orcos. Ahora, es la mano derecha de su padre, quien dirige la mayor red ilegal de drogas callejeras de orcos en el territorio ocupado. Cuando son atacados, queda atrapada con el enemigo y lista para la lucha. Solo que este orco es diferente, con ojos blancos y un extraño poder que la hace querer arrodillarse a sus pies. Él es su captor, su enemigo, pero su corazón pronto queda atrapado en el fuego cruzado.
Ella se convierte en su salvación, pero ¿será él su perdición? Este poderoso orco sabe lo que quiere, y nada le impedirá reclamar a su compañera. Y atarla a él de una manera irreversible.