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Pamela Hartshorne

La noche no se olvida


Porque la luz del día borra cualquier cosa, pero la noche no olvida...
Una segunda oportunidad.
Para Grace, recibir en herencia aquella gran casa en la tranquila ciudad de York, bañadas por las cristalinas aguas del río, es una señal del destino para dejar atrás las sombras del pasado atrás y comenzar a vivir nuevamente.
Los primeros días transcurren serenos, sólo interrumpidos por pequeños quehaceres cotidianos. Entonces, algo cambia.
Mientras más pasa el tiempo, Grace se siente más inquieta. Primero son las manzanas: aparecen en lo sitios más inesperados; en los cajones de la ropa o debajo de las almohada de la cama, y luego desaparecen misteriosamente.
Entonces los sueños comienzan, tan vívidos que parecen reales. Sueños en los que Grace es una ingenua niña que vive en el siglo XVI, y en el que descansa, sin duda, una amenaza mortal.
En el sueño, su nombre es Hawise... y se encuentra en el año 1577.
Es un riesgo, lo sabe bien. Las chicas en edad casadera no deberían quedar con hombres en la ribera del río. Pero ella no tiene nada que temer, Francis es un hombre gentil y atento, que nunca le haría daño. Sin embargo, cuando se encuentra tendida sobre el prado húmedo, envuelta por el olor punzante de las manzanas, comienza a comprender que pudo haber cometido un terrible error.
Su nombre es Hawise...
Como un lienzo en el que se entrelazan, recuerdos, misterios y emociones, las noche no olvida cuenta la historia de dos mujeres lejanas en el tiempo, sin embargo,sorprendentemente cercanas, creando con eso un juego de espejos que revela que solo aprendiendo de los errores del pasado es posible tomar lo que el futuro nos ofrece.
Hay obstáculos que parecen insuperables.
Hay historias que parecen lejanas en el tiempo.
Hay sueños que parecen más verdaderos que la propia realidad