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J.G. Ballard

Rascacielos


Cuando se instaló en el nuevo rascacielos, Laing creyó haber encontrado el retiro ideal. Nada le permitía adivinar la hostilidad que muy pronto dividiría a los ocupantes, mostrando el lado más sombrío y terrorífico de la civilización moderna.
"Si una virtud tiene Ballard es la de conseguir que el lector entre en un estado de inquietud que no le abandona en toda a lectura. No se trata del suspense de las obras de intriga ni el escalofrío prolongado de las historias de terror. Es algo más insidioso aún. Ballard retuerce la realidad cotidiana de forma que todo aquello nos que parecía sólido y monolítico se convierte en algo frágil y fácil de destruir."