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Mary Calmes

Volver a empezar 


Solía ser una persona normal. Tenía un coche familiar con el que llevaba a los niños a prácticas de karate en la escuela, entrenamientos de fútbol y a clases de ballet. Recogía la ropa de la tintorería y llevaba al perro al veterinario. Incluso tenía innumerables cintas de vídeo de natación y partidos de fútbol, recitales de piano y viajes de campamento. Nunca había suficiente dinero como para despilfarrarlo y algunas cosas que deberían haber sido reparadas o sustituidas no lo estaban, el dinero iba destinado a pagar recambios de frenos, indumentaria para fiestas de graduación y ahorrar para la universidad, por lo que hacíamos la vista gorda a todo lo que no era una emergencia y como resultado, la casa se deterioró, el coche sufrió, y al final, más que nada, el matrimonio se desmoronó.