Siempre destinado a ser
Es el mejor amigo de mi hijo de dieciocho años, y tengo la edad suficiente para saberlo mejor.
Mi matrimonio se está desmoronando, y la vida familiar de Vander es trágica.
Sin embargo, sus partes rotas hablan a las mías, y en medio de todo el caos, se forma una verdadera conexión.
La única paz que encuentro está en esos momentos robados cuando compartimos nuestros secretos más oscuros y nuestros deseos más profundos.
Esta cosa entre nosotros tiene desastre escrito por todas partes.
Pero soy incapaz de resistir la atracción magnética que nos acerca cada vez más.
Hasta que se cruzan las líneas, se rompen los límites y todo lo que creía saber sobre mí se deshace.