Kate Bristol (Una historia de Regencia)

1. Una rosa para el coronel

Rose Stratford, lleva enamorada de su vecino Lyonel Knigth, desde que era una niña. Un hecho curioso, pues todo el mundo piensa que su corazón le pertenece al hermano, Frederick Knigth. Pero nada más lejos de la realidad. Lyonel es apuesto, valiente, un coronel del ejército de su majestad al que ha amado en silencio desde siempre. Pero su carácter serio y el cierto hieratismo que demuestra cuando está con ella, le hace pensar que le es totalmente indiferente, hasta que ocurre una tragedia.
Lyonel Knigth, regresa a casa, después de dos largos años en España, luchando contra Napoleón. Es hora de asumir las responsabilidades que conlleva su título como conde St Vincen. El destino quiere que, al llegar a Inglaterra, se encuentre a su viejo mentor, lord Stratford, en su lecho de muerte. Quizás por eso consigue arrancarle la promesa de que va a cuidar de Rose, su única hija. ¿Será el coronel capaz de pedirle en matrimonio, aun sospechando que Rose está enamorada de su hermano Frederick?

2. Una esposa para Lord insufrible


Robert Belford necesita una esposa. Después de la muerte de su hermano mayor, ha heredado el título de conde y debe responsabilizarse de la vida de su madre y sus dos hermanos menores. Obligado a dejar su carrera militar, está dispuesto a llevar una vida ejemplar y para ello necesita una esposa.
Encontrar a la candidata ideal hubiera sido imposible, pero el milagro se dio en Belinda Withman. Hermosa y de modales impecables, cumple todos los requisitos que él y su madre exigen. Solo hay unos pequeños inconvenientes: las grandes deudas de juego de su padre y… Livia Withman.
Lord insufrible, así es como Livia ha apodado a su futuro cuñado. Déspota y altivo, no soporta estar cerca de él, pero al mismo tiempo, sabe que es la única opción de que su familia salga adelante. El pagará las deudas de su padre y cubrirá de oro a su hermana… ¿Qué podría salir mal?

3. Una dama ingobernable


La alta sociedad londinense sabe dos grandes certezas. La primera, que la señora Maranta Farrell es el paradigma de la moral y el buen comportamiento, y la segunda, que el valiente capitán Hilton es el peor de los libertinos.
Ninguno de los dos oculta su enemistad, aunque nadie sabe muy bien el origen de esta. Tampoco saben que ambos llevan una doble vida como espías para el ejército británico y que sus pasados están conectados por una noche aciaga que siempre permanecerá en su memoria.
Cuando los partidarios de Napoleón que quedan en Europa traman un plan para alzarse por última vez, deben ponerse manos a la obra y descubrir quienes son los traidores capaces de suministrar armas al grupo clandestino. ¿Qué mejor que poner a trabajar juntos a sus mejores espías?
Maranta se ve obligada por las altas esferas a volver a su trabajo, y no le importaría demasiado hacerlo si no fuera porque su compañero en esta misión no es otro que el capitán
Anthony Hilton, a quien odia y desea a partes iguales.
¿Podrán ambos dejar a un lado sus diferencias y trabajar por el bien del país?