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Stephanie Laurens (Lester)

1. Las razones del amor


Aquel hombre se había propuesto hacerle dar rienda suelta a su corazón...
Lenore Lester estaba completamente satisfecha de su apacible vida rural en el campo: cuidaba de su padre y no sentía el menor deseo de casarse. Hizo un verdadero esfuerzo por pasar desapercibida y mostrarse indiferente... ¡pero no sirvió de nada! El irresistible duque de Eversleigh la había descubierto y estaba resultando muy insistente demostrándole su afecto...
El audaz Jason, duque de Eversleigh, sabía perfectamente lo que se escondía tras el magnífico disfraz de Lenore...

2. Un futuro de esperanza


¿Cómo podría encontrar a la mujer de sus sueños en un tiempo límite?
Lo que Jack Lester deseaba en una esposa era lo que encontraba en su hermana Lenore, una mujer atractiva, inteligente y con la que se podía conversar... Algo completamente imposible a juzgar por las jóvenes que habían aparecido en sociedad en los últimos tiempos. Sin embargo, debía elegir a alguien antes de que las cazafortunas se enteraran de que su familia ya no era pobre... y él se convirtiera en una presa codiciada.

3. Trampa de amor


Harry Lester era un próspero criador de caballos y libertino confeso, pero, tras ver su corazón pisoteado por la mujer a la que amaba, no tenía intención de volver a enamorarse y, mucho menos, de dejarse atrapar en las redes del matrimonio. Poco después de recibir una sustanciosa herencia, decidió abandonar Londres huyendo de las casamenteras y poner rumbo a Newmarket, donde se celebraban unas famosas carreras hípicas.
Allí se encontró con Lucinda Babbacombe, una bella viuda bien situada. Casi sin darse cuenta, Harry resolvió convertirse en el defensor de Lucinda en una ciudad repleta de buscavidas solitarios, pese a que ella se negaba una y otra vez a aceptar su ayuda. Lucinda era maravillosa, inteligente, tierna, una mujer digna de convertirse en su esposa-, pero ¿se dejaría atrapar Harry en la más apasionada de las celadas?

4. Una esposa a su medida


Antonia era una joven con muchos planes y en ellos lord Philip Ruthven jugaba un papel muy importante. Aunque llevaba muchos años sin ver a su viejo amigo de la infancia, sabía que a Philip no le habían faltado acompañantes femeninas. Pero no se había casado y ya era hora de que lo hiciera. Si se las arreglaba para demostrarle que era capaz de dirigir su casa y de no dejarle en mal lugar en público, Antonia estaba segura de que él le propondría un trato adecuado y práctico para ambos. Lo que no había previsto era que sus corazones fueran parte del trato...