1. Volcán dormido
Jane estaba segura de que nada podía hacerle perder la cabeza hasta que conoció a Devlin Kavanagh, el encargado de reformar la mansión que ella y sus dos mejores amigas acababan de heredar.
Devlin irradiaba una sexualidad irresistible, pero Jane había visto cómo las pasiones desatados convertían a sus padres en seres egoístas y superficiales, y no estaba dispuesta a que lo mismo le sucediera a ella. Dev podía ocuparse de las reformas con los ojos cerrados, pero no podía borrar de su cabeza la imagen de la propietaria. Su severa indumentaria y su rígidos modales aconsejaban mantener las distancias, pero sus ojos azules y sus zapatos de tacón sugerían que tras su gélida fachada se ocultaba una mujer apasionada.
2. Sin normas
Él podría ser el hombre de sus sueños...
Alto, moreno e intensamente sensual, el detective Jason De Sanges es el protagonista de todas las ardientes fantasías de Poppy Calloway. Pero cuando descubre que el caliente policía tiene un corazón frío en cuanto a chicos en situación de riesgo se refiere, se lleva el chasco de su vida. Su espíritu bohemio le dice que los tres adolescentes pillados in fraganti pintando con spray en un barrio de Seattle deberían prestar servicios comunitarios dando clases de arte. Pero el “mente cuadrada” de Jason cree que deberían ser castigados, ¡no recompensados!
..si fuese un poquito más flexible.
Con todos los hombres de su familia en la cárcel, Jason ha crecido en familias de acogida y sabe lo que hay que hacer para no salirse del buen camino: seguir las reglas. ¿Y cuál es su regla número uno? Evitar el deseo que siente por la preciosa e irresistible Poppy, que siempre le está desafiando... especialmente con esa regla número uno.
3. Juego sucio
Cuando los viejos enemigos se ven obligados a unirse, la suerte está echada.
Cuando estaban en el instituto, «el guaperas» Cade Gallari había anunciado públicamente que se había acostado con Ava Spencer, «la chica gorda», para ganar una apuesta. Una década más tarde, Ava ya no era la chica ingenua y soñadora que una vez había sido; y se propuso demostrarlo cuando Cade, más guapo que nunca, regresó a la ciudad con una oferta que no pudo rechazar.
Convertido en productor de documentales, Cade iba a rodar un programa sobre la misteriosa mansión que Ava había heredado. Y quería que ella fuese su asistente personal. Ava era lo suficientemente profesional como para estar a su disposición sin darle todo lo que deseaba. Como tenerla de nuevo en su cama. Pero no contaba con la determinación de Cade. Porque él nunca se había olvidado de ella, y no le importaba jugar sucio con tal de conseguir una segunda oportunidad…