1. El ojo de Eva
Eva Magnus, una joven pintora de escaso éxito, se encuentra a Maja, una vieja amiga, que intenta convencerla para que se gane la vida como prostituta y salde así sus deudas, cada día más acuciantes. Maja invita a Eva a su casa y la anima a ver por el resquicio de la puerta cómo se hace el "trabajo". Pero de pronto el cliente y Maja se enzarzan en una pelea y Eva acaba con el cadáver de su amiga entre las manos. Se inicia así un torbellino criminal al que Eva, casi por casualidad, se ve arrastrada. El inspector Sejer, al hacerse cargo de la investigación, intuye que la joven artista sabe más de lo que dice y que las respuestas a su interrogantes, están en la vida secreta de Eva Magnus….
3. ¿Quién teme al lobo?
El calor agobiante del verano se ha instalado en la pequeña localidad noruega de Finnemarka. En la soledad de su cabaña la anciana granjera Halldis Horn es hallada muerta de un hachazo. El sospechoso principal es Errki, un muchacho esquizofrénico, a quien las habladurías acusan también de haber matado a su madre. Durante sus investigaciones, el comisario Sejer entra en contacto con la psicóloga de Errki, que cree firmemente en su inocencia. Con su discreta insistencia, rastrea todas las pistas, mientras se busca al desaparecido. El único que lo ha visto es Kannick, un adolescente huérfano con un talento especial para el tiro al arco, que afirma haber visto a Errki en el lugar de los hechos. Karin Fossum teje así la historia de un crimen multifacético, en el que los destinos de tres personajes indefensos se entrecruzan trágicamente.
5. Una mujer en tu camino
Gonder Jomann ha conseguido lo que más deseaba: una esposa india, joven y maravillosa. Pero su destino se tuerce, y el día que ella debe llegar a Noruega, el taxi que ha enviado a por ella al aeropuerto regresa vacío y sin rastro de la mujer. Poco después, el cuerpo de una mujer extranjera aparece mutilado a las afueras del pueblo. El inspector Sejer y su colega Skarre se ponen tras la pista del asesino.
En su pequeña comunidad, donde todo el mundo se conoce y los secretos son difíciles de ocultar, nadie es sospechoso y, al mismo tiempo, cualquiera podría ser un asesino.
8. Al final de la orilla
Es domingo, y Reinhardt y Kristine Ris han salido a dar un relajado paseo cuando descubren el cuerpo sin vida de un chico y ven a alguien que, cojeando, se aleja de la escena. Alertan a la policía, pero no antes de que Reinhardt, para horror de su mujer, se arrodille y empiece a fotografiar al muchacho fallecido.
Los inspectores Konrad Sejer y Jakob Skarre toman el caso y dan comienzo a su investigación en la pequeña ciudad de Solberglia. Entonces, otro joven desaparece y cualquier esperanza para hallar una explicación parece más remota que nunca. Mientras tanto, Reinhardt se obsesiona cada vez más y más con los trágicos eventos... y lo que él mismo tiene que ver con ellos.
Los inspectores Konrad Sejer y Jakob Skarre toman el caso y dan comienzo a su investigación en la pequeña ciudad de Solberglia. Entonces, otro joven desaparece y cualquier esperanza para hallar una explicación parece más remota que nunca. Mientras tanto, Reinhardt se obsesiona cada vez más y más con los trágicos eventos... y lo que él mismo tiene que ver con ellos.
10. Presagios
El verano llega a su fin en una pequeña localidad rural de Noruega. Sus habitantes, acostumbrados a la tranquilidad de sus urbanizaciones rodeadas de bosques y lagos, no están preparados para lo que se avecina. Pequeños y terribles malentendidos comienzan a sucederse: llamadas de hospitales anunciando accidentes que no han ocurrido, periódicos que publican esquelas de ancianos que siguen vivos... presagios de que algo terrible está a punto de ocurrir.
El mismo día que comienza todo, el inspector de policía Sejer recibe una extraña nota: «El infierno empieza ahora». Él y su compañero, el detective Jacob Skarre, se ponen manos a la obra para descubrir quién está detrás de tanta confusión. Probablemente ni siquiera el artífice de todo ello sea capaz de prever la marea de violencia que está a punto de desbordarse, porque, ¿quién sabe de qué es capaz la gente cuando ha perdido la sensación de seguridad?