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Dean Koontz

Mirada ciega


Fue un día trágico, preñado de terror, el del nacimiento de Bartholomew Lampion.
Un día que iba a cambiar la vida de su familia.
Y no solo porque Barty tuviera unos ojos hermosísimos.
Unos ojos que parecían destinados a ver lo que los demás no podían ver.
También, cuando Barty nacía, un ser demoniaco, a muchos kilómetros de distancia, supo que alguien llamado Barthomew iba a convertirse en su enemigo más mortal, que encontrarlo y aniquilarlo tenía que ser el primer objetivo de su existencia.
Tiempo después del inicio de esta extraña danza entre el odio y la inocencia, aparece un nexo entre ambos, una niña, fruto de una violación, cuya historia se entrelaza con la de ellos y que acabará impulsando a Barty a armarse de todo su valor para hacerse cargo de su existencia.
Se inicia así una lucha a muerte que en su dramatismo condena la eterna lucha entre la  pureza y la  corrupción . . .