1. En los brazos de un guerrero de las Highlander
Lord Donald concedió a su única hija y a su hija permiso para casarse con un nórdico por el que se había enamorado, pero con una condición: su primogénito regresaría y gobernaría el clan MacShane tras la muerte del antiguo señor.
Ese momento ha llegado, al igual que la necesidad de que Lord Bhric se case. Su madre ha concertado un matrimonio con la hija única de un clan vecino. Sabe que prefiere a las mujeres altas, fuertes e intrépidas, así que no se preocupa por su nueva esposa... hasta que la conoce.
Tavia, del clan Strathearn, no solo es menuda y tranquila, acostumbrada a ser una hija obediente, sino que un accidente la ha dejado con una cojera que le dificulta ciertas actividades. No está contenta con el matrimonio concertado con Lord Bhric. Él es mitad nórdico, criado en una tierra lejana con lo que muchos consideran salvajes. Pero no tiene elección: su matrimonio beneficiará a su necesitado clan. Se dice a sí misma que tiene la fuerza para hacerlo. Hará que sea un buen matrimonio. Ella no le temerá a su nuevo esposo... hasta que lo conoce.
Son una pareja improbable, nada compatibles el uno con el otro. ¿O sí? Mientras Tavia hace lo posible por sacarle el máximo provecho a su matrimonio, en su nuevo hogar comienzan a suceder cosas que la gente encuentra extrañas. Pronto, empiezan a circular rumores de que Tavia ha traído el mal con ella y que ha hechizado a Lord Bhric. Ella reúne el coraje que nunca creyó tener y se dispone a resolver los problemas que teme que la hayan seguido a su nuevo hogar.
Bhric pronto descubre que su esposa no es nada como él creía que era. Es más intrépida de lo que esperaba. Cuando se da cuenta de que alguien o algo quiere hacerle daño, no se detendrá ante nada para mantenerla a salvo. No puede perderla, no ahora que finalmente se da cuenta de que la ama.
Bhric y Tavia trabajan juntos para resolver el misterio, pero es un secreto de larga data que descubren que los impacta a ambos y les hace darse cuenta de que siempre estuvieron destinados el uno para el otro.
2. El beso del señor de la guerra de las Highlander
Algunos dicen que la Isla de Outerson formó parte del continente cuando un día las manos de un gigante la desgarraron y la dejaron a la deriva, donde se asentó en un gran lago. Según el mito, el gigante sigue residiendo allí, protegiendo la isla y al clan que la habita, el feroz Clan Norham. Sin embargo, hay un problema: el gigante ronda la fortaleza.
Lord Torin es el señor actual y necesita una esposa. No está particularmente interesado en el matrimonio, pero tiene un deber con su clan. Quiere una esposa agradable a la vista, que cumpla su palabra y se calle. No tolerará una esposa habladora. Así que, cuando se encuentra accidentalmente con Flora del Clan Strathearn, quien apenas pronuncia una palabra, cree haber encontrado a la esposa perfecta y le propone un matrimonio que es rápidamente aceptado.
Flora no puede creer que apenas llegue a casa de su tío en las Tierras Altas cuando él la case con una completa desconocida. Nunca quiso venir a las Tierras Altas, pero con la muerte de sus padres no tuvo otra opción. Además, tiene poco que decir, literalmente, ya que una enfermedad la ha privado de todo salvo de una voz susurrante que sigue sanando. Normalmente, le encanta conversar, desafiar opiniones, adquirir conocimientos como le enseñó su erudito padre. Cómo sobrevivirá a las Tierras Altas, y mucho menos a su matrimonio, es algo que desconoce.
Luego, por supuesto, está el fantasma, cuya existencia Flora cree inexistente y se propone demostrarlo.
Abundan los obstáculos, los desafíos que enfrenta, y cuando Flora recibe la oportunidad de abandonar la isla y disolver el matrimonio, ¿la aprovecha? ¿O finalmente admitirá Torin que la ama y se negará a dejarla ir? ¿O decidirá el fantasma su destino?
Lord Varrick es el legendario montañés que se ha ganado a pulso el mito que lo rodea. Es conocido por sus incontables victorias en batalla, su intrépida destreza como guerrero y su naturaleza desalmada. Gobierna una zona boscosa del norte y corren rumores de que comanda un ejército de muertos y que nadie pasa por sus tierras sin su permiso, o se arriesgan a luchar contra sus etéreos guerreros. ¿Verdad o leyenda? Nadie lo sabe y nadie se arriesga a descubrirlo.
Fia es una sanadora de una larga estirpe de sanadores. Anhela aprender todo lo posible para ayudar a los enfermos, pero aún más importante, para prevenir enfermedades si es posible. Su abuela le advirtió que tuviera cuidado, pues podría haber quienes la juzgaran mal y amenazaran su vida. Una advertencia justa, sin duda, pues ha corrido esa suerte y ahora está en manos del legendario montañés. Pero no como ella esperaba... se ve obligada a casarse con él.
Lord Varrick se niega a decirle qué desea de ella, y ella teme que, una vez que lo consiga, su destino quedará sellado y la verá muerta, poniendo fin a su matrimonio y deshaciéndose de ella. Cómo evitar ese destino es el desafío al que se enfrenta. Él no la mantiene prisionera, pero le ha advertido de las consecuencias si huye de él, y no es algo que desee arriesgar.
Cuando descubre su propósito, usa todas sus habilidades y conocimientos adquiridos para triunfar y obtener su libertad. Pero ¿es realmente libertad lo que desea del legendario montañés? ¿O ha visto en él algo que nadie más puede ver... que es un hombre que necesita desesperadamente conocer el amor?
Mientras el peligro acecha a cada paso y se revelan secretos ocultos, Fia debe recorrer un camino traicionero para salvarse no solo a sí misma, sino también para ayudar al enigmático Lord Varrick a abrir su corazón y aprender a amar.