Vuelve a ser mía
Se casó conmigo estando enamorado para después despreciarme.
Creí que me había casado con el hombre perfecto. Era cariñoso, amable y atento conmigo. Siempre me compraba flores y nunca se olvidaba de alguna fecha importante. Quién diría que el matrimonio lo transformaría en un hombre frío, cruel y despiadado, con un corazón de piedra.
Del amor había pasado al odio y nunca supe el porqué había cambiado de esa manera tan radical conmigo. Nunca estaba en casa y solo aparecía cuando había algún evento público para aparentar ser un matrimonio feliz.
Cuando decidí dejarlo desaparecí por completo de su vida. Quien diría que años después de encontrarnos se arrodillaría ante mí suplicándome perdón.