.

.
.

Jenika Snow

Corre, conejito 

Se suponía que sería una noche divertida en la feria de Halloween, pero terminé siendo acosada por un extraño enmascarado toda la noche.
Me encontró en la casa embrujada y me dio ese primer toque forzado.
Me atrapó en el castillo inflable y usó su boca y cuchillo contra mí, haciéndome sentir bien, aunque intenté odiarlo.
Y cuando me persiguió por el bosque, llamándome su presa, no supe si fue el miedo o la emoción y la anticipación lo que me hizo correr más rápido.
Sus perversiones eran inigualables. Oscuras y depravadas.
Eran solo para mí.
Me llamó su conejito.
Me dijo que corriera. Quería perseguirme, cazarme.
Y cuando me atrapara, haría lo que quisiera conmigo.