El lado bueno del mal
Lo había perdido todo después del fallecimiento de mis padres, pero Hades estaba allí, pluma en mano, para que yo le firmara mi vida.
Podría haberme negado, pero entonces me quedaría sin hogar. Sin apoyo, no tendría dinero.
Así que dije que sí.
Hades era mi guardián. Yo era su pupilo.
Él era cruel. Yo era demasiado inocente.
Y cuanto más tiempo estaba bajo su cuidado, y cuanto más veía lo cruel y frío que podía ser, más… lo deseaba.
Estaba mal, estaba prohibido, estar juntos, pero cuanto más dejaba que Hades me arrastrara a su inframundo, más quería que me corrompiera.