Bronwyn Scott (La liga de caballeros discretos)

1. Un acompañante de lujo


Todo el mundo hablaba de él... ¡y no siempre bien!
El acompañante más descarado y popular de la sociedad, Nicholas D’Arcy, era conocido por su absoluta discreción. Así que, cuando se vio acusado por un marido celoso, aceptó a regañadientes un trabajo en el campo… ¡un destino peor que la muerte!
Annorah Price-Ellis no era a lo que Nick estaba acostumbrado; inocente, enérgica y definitivamente incómoda con la tensión que había entre ellos. De pronto, el amante más atrevido de Londres se encontraba fuera de su terreno y corría el peligro de dejar ver al hombre real que se escondía bajo su elegante fachada…

2. Capitán pero no caballero


Londres, 1839
El ex oficial de caballería Capitán Grahame Westmore estaba deseoso de un cambio, pero acompañar a la hija mimada de un diplomático a Viena no es lo que tenía en mente, ¡aunque al menos, esta vez no ha sido contratado por sus habilidades para complacer a las mujeres! Independiente, feroz y voluntariosa, Elowyn Bagshaw no es la señorita que esperaba. Acostumbrada a salirse con la suya y dar órdenes, Elowyn no será controlada tan fácilmente. Grahame pronto se da cuenta de que tiene una pelea en sus manos, ¡y una que ambos disfrutarán!

3. Un caballero sumamente indecente


Londres, 1839
Cassandra Burroughs, propensa al escándalo, está empeñada en exponer los increíbles secretos de Jocelyn Eisley, el hombre responsable de la desgracia de su familia. ¿Su método? La seducción. Pero jamás tomó en cuenta el hecho de sentirse desesperadamente atraída a ese libertino devastadoramente perverso…
Luego de un breve encuentro con Jocelyn, Cassandra no puede evitar preguntarse ¿quién es el seducido? Y cuando el placer es tan intenso ¿será un juego que ambos puedan ganar?

4. Un hombre fuera de su alcance


No le preocupaban los escándalos. Él era el escándalo…
Corría el rumor de que Channing Deveril, fundador de la Liga de Caballeros Discretos, estaba cansado de calentar la cama de las mujeres. Pero, al encontrarse con la atractiva Alina Marliss se presentó ante él su encargo más ambicioso…
Alina estaba acostumbrada a jugar con el escándalo, de modo que la brillante seducción de Channing era una complicación que no necesitaba. Tal vez anhelara sus caricias diestras, pero no tenía intención de perder la cabeza, y mucho menos el corazón, por el libertino más famoso de Londres.