Sally MacKenzie (Duquesa del amor)

1. La duquesa del amor


Era un día muy caluroso y a Venus Collingswood le apetecía darse un baño en el estanque. Pero no quería que se le mojara el vestido. Total, ninguno de los habitantes del pequeño Little Huffington, iba a pasar por ahí. Además, ese era el entorno perfecto donde pergeñar un plan para que su hermana Afrodita, un ratón de biblioteca, conociera y se enamorara del nuevo duque de Greycliffe, que llegaría a tomar posesión de sus tierras dentro de una semana.
Andrew Valentine, duque de Greycliffe, jamás se imaginó que llegar una semana antes de lo previsto a su casa levantara tanto revuelo. El ama de llaves cree que es su primo. En realidad, tener la oportunidad de no ser duque por un tiempo le apetece. Puede servirle para interrogar a la encantadora y pequeña ninfa a la que ha descubierto nadando en su estanque... eso si es capaz de articular una sola palabra.

2. Una sorpresa para Lord Jack


Frances Hadley ha sacado adelante la hacienda familiar ella sola durante años. Así que, ¿por qué no puede reclamar su propia dote? Para conseguirla, decide viajar a Londres y meter en la cabeza de su hermano y del administrador un poco de sentido común. Sin embargo, para una mujer joven y guapa un viaje así resulta peligroso por lo que Frances se disfrazará de hombre para tener algo menos de lo que preocuparse.
Jack Valentine, el tercer hijo de la famosa duquesa del Amor, no deja de esquivar a jovencitas insistentes. Por suerte, en la posada encuentra una habitación libre: lo único es que tendrá que compartirla con un joven pelirrojo bastante entretenido. Tal vez ambos deberían cabalgar juntos hasta llegar a Londres. ¡Eso le libraría del melodrama casamentero que le ha organizado su madre!

3. Una esposa para Lord Ash 


Kit, marqués de Ashton, está metido en un lío. Se casó joven y por amor, qué romántico. Se dio cuenta de su error el mismo día de la boda y ahora le han endilgado una esposa en la que no se puede confiar.
Jessica sabe que ha puesto en peligro su matrimonio, aunque haya sido inocentemente. Bien, ya ha tenido bastante de encuentros accidentales con caballeros desnudos y echa de menos tener la oportunidad de explicar lo sucedido a su marido. Ha llegado el momento de levantar el ánimo y recuperarle como sea.