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Vi Keeland

The baller 


La primera vez que conocí a Brody Easton fue en el vestidor de hombres. Era mi primera entrevista como comentarista deportiva. El afamado quarterback se desnudó del todo. Y por todo no me refiero a que me contase alguno de sus secretos más íntimos. No. El imbécil y arrogante de él decidió quitarse la toalla, justo cuando hice la primera pregunta. Delante de las cámaras. El mejor jugador de la Super Bowl rápidamente adoptó un nuevo pasatiempo; tener sexo conmigo. Cuando lo aparté, él cambió de querer joder conmigo, a querer joderme. Pero no salgo con jugadores. Y no es porque sea una de las pocas mujeres que trabajan en el mundo del fútbol profesional. He salido con atletas. Es la otra clase de jugadores con las que no salgo. Ya conoces ese tipo de chicos. Guapos, fuertes, engreídos y siempre en busca de sexo.
Brody Easton era el máximo jugador. Toda mujer quería ser la que lo hiciera cambiar. Pero la verdad era que lo único que necesitaba era una chica por la que mereciera la pena cambiar. Resulto ser que yo era esa chica. ¿Fácil verdad? Enfrentémoslo. Nunca lo es.
Hay una historia entre el érase una vez y el vivieron felices para siempre…
Y esta es la nuestra.