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Michelle Celmer (Seducción en palacio)

1. La novia del rey


Para él el matrimonio era una obligación… hasta que la conoció a ella.
El príncipe Phillip había prometido cumplir con su deber, por lo cual algún día se casaría con la mujer adecuada. Sería un matrimonio tradicional y sin amor gracias al que tendría un heredero al trono.
Pero entonces se convirtió en rey inesperadamente y, cuando conoció a Hannah Renault, la desconocida que debía convertirse en su esposa, se olvidó de pronto de su intención de no acercarse a ella…

2. El príncipe seductor


¿El matrimonio no inflamaría aún más la pasión que ya ardía entre ellos?
En condiciones normales, el príncipe Ethan no se habría acostado jamás con una empleada de palacio, pero cuando vio a la plebeya Jean Elizabeth Pryce en el baile, preciosa e irreconocible, le pareció demasiado deseable para ignorarla.
Pasado un tiempo descubrió quién era realmente y, poco después, supo que se había quedado embarazada de él. La solución para evitar el escándalo era hacerle la corte… ¿y tal vez pedirle que se casara con él?

3. El amante de la princesa 


Pretendía vengarse de la realeza.
El famoso arquitecto Alexander Rutledge no había vuelto a Morgan Isle sólo para construir un hotel de lujo. Había regresado para vengarse de la princesa Sophie, la caprichosa joven que había jugado con su corazón de plebeyo diez años antes.
Su objetivo era seducirla, fría y cruelmente, y luego marcharse sin mirar atrás. Pero al encontrarse con la mujer elegante y sensual en que Sophie se había convertido, y al sentir la profunda atracción que seguía habiendo entre ellos, se preguntó si sería capaz de irse…

4. La seducción de un duque


¡Tenía que resistirse a él!
¿Cómo iba a trabajar Victoria Houghton para el duque Charles Frederick Mead? Victoria despreciaba al duque y a la familia real de Morgan Isle porque se habían hecho con el hotel de su padre en un trato más que dudoso, degradándola después al puesto de ayudante personal. ¡Pero ella no pensaba ayudarlo en nada!
El guapísimo aristócrata nunca había conocido a una mujer a la que no pudiera seducir… hasta ese momento. Victoria intentaba ignorar la atracción que sentía por él aunque Charles, mezclando los negocios con el placer, la besaría hasta hacer que se rindiese.

5. Escándalo en el reino


No le importaba casarse sin amar a su esposa.
Como todo príncipe, Christian debía casarse con una mujer de la realeza, lo que reducía mucho sus opciones. Hasta que descubrió a una nueva princesa, guapa e inocente, que desconocía haber sido la elegida. Él estaba dispuesto a unirse en matrimonio con quien hiciera falta para cumplir con su deber, pero enseguida la atractiva princesa Melissa le hizo desear con impaciencia que llegara la noche de bodas. Tan sólo tenía que evitar enamorarse… o perdería su reino para siempre.

6. Navidad con el príncipe


¡Ella estaba allí para hacer un trabajo... no para enamorarse de un príncipe! Pero Olivia Montgomery tenía dificultad para recordar eso, cuando el sexy príncipe Aaron Felix Gastel Alexander le sonreía. ¿Cómo podía una mujer corriente como ella, resistirse a ese seductor? 
Y sin poder evitarlo, Olivia se encontró durmiendo con la realeza. Ella sabía que su relación no tenía futuro. Aaron estaba destinado a casarse con alguien de sangre real. Sin embargo, no podía dejar de desear encontrarse un anillo de compromiso bajo el árbol de Navidad.

7. La princesa inocente


Para Garrett Sutherland, ser el terrateniente más adinerado de Thomas Isle no era suficiente. Se había pasado toda la vida amasando su inmensa fortuna… y su fama sensacionalista. Pero quería ser recordado, sobre todo, por seducir a la princesa Louisa, conocida como la princesa virgen.
Lo había planeado todo al detalle: entraría poco a poco en el corazón de Louisa y, luego, en su cama. Y, cuando se hiciera público, le propondría matrimonio. Pero el millonario de duro corazón no había previsto que arrastrar a Louisa a aquella unión podía costarle más de lo que estaba dispuesto a pagar.

8. El corazón de la princesa


Había bailado con ella como parte de un reto, pero Samuel Baldwin había seducido a la princesa Anne para saciar su propio deseo. Vencer la frialdad de Anne había sido puro placer… hasta que descubrió que en su noche de pasión se había quedado embarazada.
Estaba destinado a ser el próximo primer ministro, pero casarse con un miembro de la realeza pondría fin a su carrera. Sin embargo, Sam tenía un gran sentido del honor, así que la boda se celebraría. Después de que él hiciera tal sacrificio, ¿conseguiría Anne su corazón?