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Christine D. Fhisher

Princesa Alexandra


La Inglaterra rígida y formal de finales del siglo XIX, contrastada con la nueva y abierta sociedad norteamericana, da pie a la autora para profundizar en los personajes y aflorar sus sentimientos, hasta los más íntimos, haciéndoselos vivir al lector como propios.
La novela, de lenguaje ágil, ameno y dinámico, es una exaltación al amor en todas sus manifestaciones y, analizando pasado, presente y futuro con todas sus cargas y connotaciones y planeando sobre ella los incipientes movimientos obreros del inicio de la revolución industrial, lleva a un desenlace lógico pero inesperado que replantea posturas, ideales y sentido de la vida misma.