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Emilie Rose (Pasión en Montecarlo)

1. Proposición indecente


¿Sería su amante durante un mes… a cambio de un millón de euros?
Stacy Reeves era una mujer demasiado pragmática como para rechazar un millón de euros, sobre todo si para conseguirlo tenía que acostarse con el guapísimo empresario Franco
Constantine. Aquella unión sería puro placer. Lo que Stacy no sospechaba era que la proposición de Franco formaba parte de una apuesta. Si aceptaba, demostraría ser una cazafortunas y Franco conseguiría así el control total de la empresa. A menos que el millonario mintiera por la mujer con la que se estaba acostando…

2. El engaño del príncipe


Aquel hombre no era en absoluto lo que ella creía…
La estadounidense Madeline Spencer llegó a Mónaco con el sueño de tener una aventura amorosa y el atractivo y misterioso Damon Rossi era el candidato perfecto para ello. Aquellas noches de pasión descontrolada dejaron a Madeline sin aliento… pero con ganas de más. Y entonces descubrió que su increíble amante era en realidad un príncipe. Entre sus planes no figuraba el convertirse en la querida de un miembro de la realeza, aunque lo cierto era que podría acostumbrarse a una vida llena de lujos y mimos… Pero no imaginaba que su guapísimo príncipe estaba prometido con otra mujer.

3. Reglas de seducción


¿Cómo podría negarle nada a aquel sexy millonario?
El rico y guapo Toby Haynes había apostado con su mejor amigo que conseguiría seducir a la romántica Amelia Lambert y llevársela a la cama.
Y cuando ella lo dejó después de una sola noche, Toby juró que la recuperaría y entonces sería ella la abandonada…
Al volver a encontrarse en Mónaco, Amelia acabó en los brazos de Toby y comenzó una auténtica persecución. Lo que Toby no imaginaba era que Amelia tenía sus propias armas de seducción… y eran muy tentadoras.