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Jacqueline Baird

Prisionera de sus deseos


Cuando Bea cumplió veintiún años, entró como socia en la empresa de su difunto padre, cuyo presidente era su ex prometido. Pero esta vez, Leon no iba a seducirla con su irresistible atractivo, ella estaba decidida a no sucumbir a su poderosa química. 
Entonces, Leon anunció que estaban comprometidos de nuevo, lo cual era una novedad para Bea. Pero antes de que pudiera protestar, Leon se la llevó a su lujosa villa de Chipre. 
Bea intentó escapar y fracasó. Sin embargo, no eran las medidas de seguridad lo que la retenía, ¡era su deseo por Leon!